LOS OLMOS DE ARAS
Tal vez el olmo de la Ermita no haya tenido la misma relevancia que el del pueblo, pero la diferencia del uno al otro ha sido: que el uno estaba en la Ermita y el otro en el pueblo. En la Ermita solo se veneraba en las Fiestas de San Marcos, Santa Catalina y en las fiestas de septiembre hace muchos años y más tarde en la última quincena de agosto. Pero todos querían estar bajo su sombra comiendo, y después a bailar bajo el olmo.
El del pueblo el vecindario, los acontecimientos más sencillos o los más importantes, siempre se han hecho o contado en las gradas que tenía el olmo, en el poyete que bordeaba donde los ancianos tenían su sitio a la sombra, en las largas tardes de verano la chiquillada han ahogado con sus griteríos del juego el silencio de la siesta y el trinar de los pájaros; los bailes se hacían siempre en fiestas bajo el olmo plaza que se hacían los actos de fiestas.
Representando a los largo de muchos años el lugar de reunión, encuentro y paseo de las gentes sencillas. El Olmo ha sido el centro de la Villa de Aras y Losilla, el amigo, el compañero igual el de la Ermita que el del pueblo, que cuando muere se echa de menos, en definitiva han sido los arboles del pueblo.
“no os engañéis. En la profundidad del corazón de un bosque de olmos, cada árbol tiene una historia oculta, legendaria y mágica que contar, y solo relatara quien comprenda que en su madera, sus raíces y sus ramas, que parecen siempre buscar el cielo, late la vida de un ser majestuoso” (escrito griego).
Asociación Cultural araseventos.
EL PACTE DELS OMS
PRIMERA PARTE
PARTE SEGUNDA
|
